El otro día fue un día muy especial para mi.Mi señor Don Cipriano iba bajando por la escalera por donde se me cayeron unos cubitos de hielo.Don Cipriano resbaló y se cayó dando botes por las doscientas escaleras que avía.Lo peor fue que al caer golpeo la puerta,que esta se abrió de manera que Don Cipriano se quedara indefenso tirado en la calle.Lo mejor del golpe es que un pastel de fresas amortiguo la cabeza.En ese instante un perro vagabundo al que se le veía que no había comido en varios meses,se tiro zambullendose en el pastel,por suerte solo le mordió una oreja.Fue horrible ver a Don Cipriano en la calle tirado con la pierna torcida,¡Casi el pie le llegaba por la oreja!
Le lleve al medico de vez en cuando me tapaba la boca para disimular mi risa.
Issu de Francisco Ibañez
Hace 13 años
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